Donde un rio desemboca con otro se encuentra San Rosendo.
El viajero que llega a este lugar lo hace en un tren que para en una estación fantasma sin ruidos de ciudad.
Al bajar se observan las instalaciones del lugar, construcciones de cemento sin pintar y aceros porosos y de tonos cafés.
La forma de entrar a la ciudad es esperar un sonido... SILENCIO....
...aún escuchamos el roce de las hojas de los arboles y los rios avanzando hacia el mar.
Un ruido nos desconcentra.... PAF!
Un ruido seco y sordo. En ese momento, a nuestra izquierda, aparece una niña de unos 5 años de edad con su mano estirada desde donde cuelga a travez de un hilo la piel de goma de un globo reventado.
La niña llora, baja su brazo y camina arrastrando el hilo con las gomas rojas por el suelo....cada paso que da tiñe el pavimento de color blanco. El suelo ya no es gris... el suelo es de baldosas blancas con dos bordes negros.
MIAU! Una gato aparece justo por donde pasa el hilo arrastrado, lo tira y se lo arranca de la mano.
En ese momento el gato cruza la calle en medio de los gritos de la niña y tiñe todo su recorrido con colores verdaderos de ciudad.
Sube a un arbol y se queda quietito con su presa entre los dientes.
Ahora desde el arbol brotan como espuma rosa las flores del ciruelo en flor, meciendose con la brisa del tren que acaba de llegar.
Es en ese preciso instante cuando docenas de personas bajan por las escaleras que llevan a la estacion, escaleras que se tiñen de dorado bordeadas por arboles rosasque se mecen con la llegada del tren. El cielo es celeste, la estacion blanca, las personas corren.
Algunas llevan maletas otras pocas unas carteras, el resto nada.
El tren avisa su partida y nosotras escuchamos... una abundante nube de vapor inunda la estacion.
Nosotras nos enteramos entonces que ya estamos dentro de la ciudad.
:collage javiera pereda:
